El hoplita era un ciudadano-soldado de las Ciudades-Estado de la Antigua Grecia. Era un soldado de infantería pesada, aparecido probablemente a finales del siglo VII a. C. Formaban parte de una milicia ciudadana, armada como lanceros. Estos eran relativamente fáciles de armar y mantener, además podían pagar el coste del armamento. Casi todos los griegos conocidos de la Antigüedad clásica lucharon como hoplitas, incluso filósofos y dramaturgos.
Los hoplitas se armaban generalmente poco antes de la batalla, pues su armamento era muy pesado: el peso total de la armadura hoplita estaba entre los 22 y los 27 kilogramos.
Cada hombre se hacía con su propio equipo que no era uniforme en el ejército. Como resultado de la no existencia de un equipo común, a menudo las tropas amigas no se reconocían.
Típicamente, un hoplita tenía una coraza de bronce que reproducía la forma de los músculos del torso, las cnémidas (griego antiguo knêmis) para protección de las tibias, un casco de bronce con protecciones para las mejillas, más un escudo de forma circular llamado aspis, que medía un metro de diámetro. También se le puede llamar hoplon. El aspis era un escudo hecho de madera, a veces con chapa de bronce. Era muy pesado (de 8 a 12 kg) y cubría desde el mentón hasta la rodilla. En la cultura militar espartana, que un soldado tirara el aspis era inadmisible. Se decía «Vuelve a casa con este escudo o sobre él».
Cada griego hoplita tenía una armadura diferente, hecha a medida, y en el escudo colocaba los símbolos de su familia. Por el contrario, los espartanos tenían el mismo uniforme y la letra griega lambda en sus escudos, en referencia a su tierra de origen, Lacedemonia (Esparta). Cada espartano llevaba una capa escarlata, presentándose como espartano, aunque esta capa nunca se llevaba en combate. El diseño de los cascos solía variar con el tiempo.
El casco corintio era el casco más popular. Entre los espartanos, éste estaba reservado para los líderes y jefes de filas, mientras que en otras ciudades ocurría lo contrario.