La espada de cazoleta o espada de guarnición de taza surge en el Renacimiento en España para designar cierta clase de espada de hoja recta y larga, esgrimida a una mano.
Su nombre es de origen español y aparece registrado por primera vez en las Coplas de La Panadera, de Juan de Mena, escritas entre 1445 y 1450 aproximadamente.
Los italianos tienen su propio término para esta modalidad de arma: «spada a striscia». En Francia se habla por primera vez de la espada ropera (la rapière).
Su periodo de máximo esplendor podríamos situarlo entre 1525 y 1675 aproximadamente, siendo reemplazada progresivamente por el espadín típico del siglo XVIII, de origen francés.
La cazoleta tiene guarniciones de taza, que brindan una mayor protección a la mano que las empuña. Se trata de un auténtico casquete semiesférico, que en la práctica tomaba la forma de un bol o taza, sostenido igualmente por un par de patillas.
Esta taza, que da nombre a este tipo de guarnición, unida a los gavilanes y el guardamano, ofrecía un nivel de protección máximo de la mano, resultando simultáneamente bastante ligera.
Su uso se extendió esencialmente por España e Italia, perdurando hasta bien entrado el siglo XVIII. Es la clásica guarnición que se asociaría mentalmente a una ropera.