El cuerpo de caballería es la fuerza militar de combate montada a caballo. Se distingue entre caballería pesada o blindada y caballería ligera. Actualmente los ejércitos que mantienen fuerzas de combate a caballo son escasos, pero tradicionalmente siguen llamándose «caballería» las fuerzas y unidades que realizan misiones similares a las de la antigua caballería, pero haciendo uso de vehículos de motor, vehículos blindados o helicópteros.
En la Antigüedad, la Edad Media y la Edad Moderna la caballería se utiliza para la exploración y en auxilio de la infantería.
En los ejércitos romanos, la caballería experimentó un crecimiento importante en su número y sus funciones con el Alto Imperio, período durante el cual estaba agrupada en su mayor parte en alas o en unidades mixtas con infantería, con gran presencia de pueblos aliados de Roma.
Durante toda la Edad Media fue muy importante la lucha a caballo, especialmente con la invención del estribo en China, que se extiende rápidamente por Asia hasta Turquía, los Balcanes y Europa, al tiempo que la silla evoluciona para dar estabilidad al jinete, con lo que se configura la caballería pesada típica del caballero medieval.
En la Edad Moderna, con la aparición de la ametralladora a finales del siglo XIX decae definitivamente la caballería.
La infantería es la fuerza de combate a pie. Utiliza todo tipo de armas portátiles y semi portátiles y para su desplazamiento puede emplear todo tipo de medios de transporte, puede combatir por sí sola con posibilidades limitadas o en combinación con alguna otra arma. En las primeras filas se sitúan los soldados de la infantería ligera, que apenas llevan protección.
La infantería ha ido evolucionando desde la Edad Antigua, la Edad Media a la Edad Moderna en lo que respecta a la Infantería ligera y la Infantería acorazada/blindada, al servicio de los grandes imperios, siendo la fuerza principal de los ejércitos a lo largo de la historia.
La legión romana fue una formación que proporcionó a Roma absoluta superioridad durante siglos incluso en condiciones de inferioridad numérica evidente.
En el siglo XIX la infantería vuelve a demostrar que es la fuerza principal del campo de batalla. Durante la Primera Guerra Mundial la infantería decae, debido a la potencia de la artillería y el uso masivo de ametralladoras, apareciendo el carro de combate, las armas automáticas, el fusil de asalto, granadas o lanzallamas, etc.
En la actualidad, la infantería ligera está pensada para la incursión en profundidad dentro de territorio enemigo equipada con medios ligeros y gran movilidad para exploración y asalto de objetivos complicados, teniendo la consideración de unidades de élite, muchas de ellas paracaidistas, marinas y terrestres.
La espada y el sable de caballería e infantería se mantiene vigente en la actualidad, como parte del uniforme de gala de los mandos militares, tanto de oficiales como de suboficiales.
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